sábado, 25 de febrero de 2012

Cerquita de las estrellas

Me apasiona ver una ciudad a lo lejos, el juego de luces me deja absolutamente perplejo y embobado. El 'Time Lapse' es una técnica audiovisual que consiste en tomar miles de fotografías fijas y pasarlas a toda velocidad, con efectos preciosos, si se hacen bien. Por la red circulan time lapses de la mayoría de ciudades conocidas del mundo, y te da la oportunidad de perderte en el corazón de ellas navegando a través de estas fotografías.
Por si las estrellas no salen mañana, y la luna decide quedarse siempre en menguante, yo le abro mi alma a este vídeo que me deja volar y soñar que me mezco entre las estrellas, como materia etérea entre mis propios sueños.
Por si no hubiera un mañana, seguro me gustaría viajar por las venas del mundo a altas velocidades, y conocer la belleza de nuestro mundo a vista de pájaro, volando desde las alturas, divisando mi propio time lapse.
Seguramente escogería música de fondo de Mike Olfield, y decidiría que mi pijama de la jirafa y el diplodocus me acompañasen en la aventura, de divisar el cielo y creerme que estoy volando, ojalá volase, ojalá encumbrase mis cumbres favoritas, mi destino, la alegría de haber conocido lugares maravillosos, solo a mi alcance gracias a internet. Por un día me encantaría que el mundo cambiase, y ser un día de Singapur, y al día siguiente de África, para llegar al Machu Pichu, y ser un chamán en la antigüedad, con más sabiduría que el resto de mi aldea, con la conexión con la naturaleza y la libertad de saber que me conozco a mí mismo. Y con esa libertad, volar... Solo eso, volar. Volar muy lejos, y volver a ecumbrar mil colinas, con sus cordilleras, con lo más alto del cielo, casi divisando la estratosfera. Casi... más cerquita de las estrellas.
Las estrellas me susurran, laten de energía y me están llamando. Observo el cielo limpio, y ahí están, en una noche estrellada, que siempre esconde ambiente seco de frío polar, y cuanto más frío, más nítido se ve el cielo. Y entonces recuerdo a Copérnico, y a Giordano Bruno, y a Galileo Galilei. Cuando la hoguera no exculpaba sus 'pecados', ellos seguramente también estaban más cerquita de las estrellas, de esas enanas blancas, o gigantes azules, que menguan hacia el rojo, para tornarse amarillas, o violáceas, para desaparecer, para seguir vivas a nuestros ojos, mil millones de años después de haber dejado de lucir. Y las constelaciones, los hemisferios, las heladas nocturnas, el cielo limpio y claro, las estrellas que me miran, y yo que miro a las estrellas, y las pregunto, y las ruego, y las pido, que me dejen estar cerquita suya, para divisar la magia de la vida, la creación desde el princpio, el milagro de la materia, que me hace emocionarme y escribir eclipsado y guiado por ellas.

Hoy, a las estrellas va dedicada esta entrada. Siempre nos han iluminado, y nos han permitido vivir. En nuestro caso, el sol. Qué planeta, o que ser humano, podría girar y girar en torno al sol y a sí mismo, de no ser por las estrellas?

jueves, 23 de febrero de 2012

En tablas conmigo mismo

En la vida he intentado ser consecuente con mis propios actos. Lo que sentía en el momento, lo he hecho, o al menos lo he intentado. Y todo lo que he hecho me lleva de nuevo aquí, al mismo lugar en el que crecí pensando en que en el futuro podría salir. Yo de pequeño no quería ser periodista, sino ingeniero de caminos. Me gustaba ese nombre, pero no tenía ni idea de qué iba la carrera. Pero los pajaritos golpearon mi cabeza y al final tuve que meterme en lo otro. Y en el camino en el que he completado esa formación, he vivido, aunque para muchos les pueda resultar ridículo, los mejores años de mi vida, he conocido a las personas que han signficado más para mi, y he aprendido algunas cosas de la vida. Una, es que nadie es demasiado importante para mucha gente, sino para sí mismo. Si yo no soy mi mejor amigo, nadie lo será. Y bueno, intento llevarme bien conmigo mismo el mayor tiempo posible del día, aunque a veces me castigo en un rincón mirando de cara a la pared y no quiero ver a nadie. A veces me encantaría ser sociable, tener mil planes que hacer con los demás, pero descubro que soy yo el que se aísla, y que cada uno sigue su camino. Veo que mucha gente que me rodea en mi entorno de mi pueblo se divierte con poco, se conforman con reunirse entre ellos y celebrar la vida. Eso es lo importante. Mientras, yo me refugio en mi propia soledad, y no soy capaz de compartirla con nadie.

No me voy a dar mucha más tregua. Debo hacer algo con esta situación. No me he encontrado a mí mismo en estos años, como para querer encontrarme con los demás. Necesito un transformación de niño a hombre, y ya va siendo hora de volar como un pajarito valiente para cruzar las fronteras mentales que me atrapan. Ha sido un camino de ida y vuelta, donde sabía que la última parada de la estación estaba en el principio de todo, pero supongo que algo habré aprendido, aunque haya sido por ciencia infusa, de todo esto. También he aprendido que soy un ser individual, que no debe depender de los demás para vivir. A saber qué nuevas aventuras me deparará la vida en el futuro, qué lugares conoceré, donde viviré... No sé ni siquiera si algún día me ganaré el sueldo con lo que he estudiado, porque de momento no se han presentado muchas oportunidades, y la que se ha presentado no me correspondía, aunque supongo que hay miles de entrevistas de trabajo todos los días. No pasa nada. No estoy decepcionado, sino esperanzado en que en alguna de ellas dé lo mejor de mí. En realidad, me encantaría trabajar de periodista en España, en mi tierra, a la que amo por encima de todo. No creo que haya otro lugar mejor para vivir esta vida mía, para emocionarme, para reir y llorar, para disfrutar del clima más maravilloso del mundo, y del idiomas más bonito del mundo.

Pero también sé, que por las circunstancias que estamos viviendo, quizá yo no tenga sitio aquí... eso me apena, porque yo amo este país, y amo a su gente, todo lo que soy capaz de hacerlo por mis limitaciones sociales, pero creo que algún día tendré que reunir algunas pertenencias, y dirigirme hacia algún aeropuerto. Porque, qué pinto yo aquí, si no tengo lugar para crecer por mi mismo, para comenzar una vida por iniciativa propia? Ese es un problema grande, porque creo que las personas necesitamos sentirnos útiles, y para mí es un gran problema ese, que no me siento útil porque no sé si es necesario que yo trabaje de periodista en este país...

No sé, supongo que el mundo me lo han puesto ahí para que lo descubra, y supongo que nadie considerará que soy un intruso el día que despierte en Moscú, o Berlín, o Viena, y diga algo así como Agtum ag, o como se pronuncien los buenos días por allí. No veo otra solución, y me mantengo tozudo en posponer una decisión que creo debí tomar hace tiempo. Marcharme. Aquí no tengo sitio, no hay lugar para mí, y yo solo quiero volar y ser libre, y sentirme feliz como hace tiempo que no me siento. Miro mi tablero, y no quiero ganarme, ni perder, solo quiero quedar en tablas, porque creo que no debo perder con la vida, y ganarla? es imposible, la vida siempre te gana, y como diría aquel, te da una vida de ventaja para alcanzarte. Al final siempre te alcanza, y lo más que puedo aspirar es a quedar en tablas con ella, a pactar un empate en el cual ella quede satisfecha de mi espíritu, y yo quede satisfecho de mi camino predeterminado.

Nada más que añadir, necesitaba desahogarme un poco...

Para terminar, dejo este tema de Nach, que me suele inspirar en muchos momentos de mi vida. Dice una frase que me encanta: "Solo hay una vida, y un sentido para darle, y no pienso esperar al tiempo porque el nunca se paró a esperarme...".  Y yo, me siento tan ridículo esperando...

martes, 14 de febrero de 2012

Procastinación

Cómo me encanta jugar a inventarme el significado de las palabras que no conozco. Sobre todo, aquellas palabras que tienen una pronunciación bonita, como por ejemplo, procastinación. Recuerdo de pequeño, en el colegio, cuando nos decían que siempre debíamos leer un libro con un diccionario a mano para entender el significado de las palabras que no conociésemos. Yo pasaba totalmente de esta recomendación y me aventuraba a leer libros de aventuras. La Isla del Tesoro, Los Viajes de Gulliver, Moby Dick... Entre bucaneros, onzas de oro y tragos de ron pasaba las tardes imaginando aquellos paraísos, pero, sobre todo, inventándome el significado de muchas palabras que no conocía en todo aquel océano de tinta.

Procastinación. ¿Qué puede significar procastinación? Yo creo que procastinación es un castigo que se infringe a una persona por no dar de comer a las gallinas: ¡Te condeno a la procastinación! O también puede ser la tendencia que tienen algunos animales a deborar el pasto verde de las montañas: Las vacas tienen una procastinación que da gusto. O, por qué no, la cara que se les queda a los directores de colegios cuando les joden los cristales del patio de recreo: ¡Coño, a Pepito Pérez se le ha quedado cara de procastinación, ya verás la que va a liar! Yo creo que tiene bastante sentido, y todas mis definiciones concuerdan claramente con la pronunciación de la palabra.

Otras palabras que me encantan son: ósculo, amperio, licántropo, mayúsculo, luminiscente, meridiano, anatema, laringólogo, impávido y lugarteniente.

También lupus, que como todo el mundo sabe es aquella persona que le corre cerveza por las venas, en vez de sangre.

Todas ellas tienen significados variopintos (otra bella palabra), y recuerdo que me pasé varios años de carrera jugando, o bien a los barcos con mi amigo de clase Vírseda, o bien a nombrar el pabellón y entrenadores de los equipos de la NBA con mi amigo de clase Vírseda, o bien a deleitarme nombrando palabras bonitas de pronunciar con mi amigo de clase Vírseda, que luego fue al Cifras y Letras y palmó religiosamente. Él se pasó al menos un año jugando al Cifras y Letras en clase mientras yo le ponía al azar las letras y los números. Era bastante bueno, pero se cruzó con un tío que llevaba más de 15 programas ahí y acabo perdiendo.

Puede ser que la teoría matemática de la comunicación del señor Shanon y del señor Weaver volara zumbando por mis oídos en aquellos días, mientras mi cabeza dilucidaba otras tareas más divertidas, o que el organigrama de un gabinete de comunicación se plantase delante de mí sin ningún efecto, pero coño, la belleza de las palabras para mí tiene mucha más importancia.

Ah, y he investigado. Procastinación en español se dice de forma más sencilla con un refrán al revés: "Deja para mañana lo que puedas hacer hoy". Es decir, es el acto muy afin a mis ideas de dejar las cosas para mañana. Pero, qué más da lo que significan las palabras, pudiendo dejar volar la imaginación y acomodando las palabras bonitas con los significados también bonitos...

Significados de mis palabras favoritas:

(Ósculo: Lugar muy oscuro en Cuba).

(Amperio: Dícese del perro hambriento).

(Mayúsculo: Empleado del hogar muy parecido al mayordomo que se echa la siesta de espaldas).

(Luminiscente: Algo muy secreto que esconden en las paredes de las iglesias).

(Meridiano: persona ni muy baja, ni muy alta, sino meridiana).

(Anatema: especie de serpiente de las aguas del Amazonas que se esconde cuando llueve).

(Laringólogo: juguete de los niños que se ilumina cuando rebota contra el suelo).

(Impávido: persona que se pone la última en la cola del paro).

(Lugarteniente: Pueblo de la provincia de Toledo por el cual pasa el río Guadiana).


sábado, 11 de febrero de 2012

Ejemplos de lo que no va bien



Ciudadanos pegando a ciudadanos que no les han hecho nada. Quien da la orden de cargar no tiene una pizca de humanidad, porque seguramente nunca ha estado en la situación desesperada de ponerse delante de alguien que sabes que te puede moler a palos, solo porque es la única salida. Apuesto a que muchas de estas personas están en el paro o no tienen casa propia. Merecen más miseria? Merecen realmente que les aporreen por su situación? A qué nivel de indigencia ha llegado el ser humano para pegar a alguien que está en una situación tan jodida? A mí que me lo expliquen

martes, 7 de febrero de 2012

Edito

Edito esta entrada porque creo que no hacía justicia a un momento de lucidez. No correspondía escribirla, porque no fue más que un pedo mental mal expresado, que no se basaba en nada racional. He de reconocer que mi cabeza me juega muy malas pasadas, ciertamente. En realidad, lo único que quiero es que ambos seamos felices, independientemente de qué haya pasado. También reconozco que no supe ser tu amigo y que no supe estar a la altura de las circunstancias. Pido disculpas por ello. La vida es complicada, y en mi caso en muchas ocasiones me engaña mi mal entendimiento de las situaciones. No te traté como debiera, no estuve a tu altura.

Creo que no hace falta extenderme más, sino reiterar mis disculpas. Una frase que siempre me dijiste, es que de buenas intenciones está lleno el infierno. Yo quería ser tu amigo, pero también te quería a ti con toda el alma, y llegó un momento que fue incompatible, porque nuestros sentimientos no eran iguales del uno hacia el otro. Aunque la amistad y el amor son compatibles, deben ser recíprocos para que funcionen como un engranaje unido. Ahora bien, ambas cosas juntas, en dos personas que se quieren, debe ser lo más maravilloso del mundo.

Repito mis disculpas Esther. No era mi intención ofenderte con la entrada. Creo que entendí mal y que en ningún momento tengo derecho a hablar por los demás, solo dar mi punto de vista, por eso he creído conveniente editar todo esto, porque reconozco que me he equivocado. Saludos de este pájarillo solitario y mucha suerte en todo preciosa. Besos

jueves, 2 de febrero de 2012

El NO que ha tumbado todos los sueños del periodismo actual

Gonzalo Vázquez tuvo un sueño, que diría el gran Martin Luther King. Su sueño fue llevar sus letras a la cuna de la información, La Gran Manzana, Nueva York. Su sueño era contarnos a los mortales con su técnica de poeta prosaico, todos los pormenores de una liga denostada, como la NBA, como sólo él lo puede hacer.

Gonzalo Vázquez ha elevado la cultura del Nuevo Periodismo que comenzaron Norman Mailer, Truman Capote o John Dos Passos, a categoría premium, a delicatessem, a etiqueta negra, a literatura de culto. Y de la noche a la mañana, la ruina, el escarceo del contratista en el camino asqueroso del 'chuleo' de dinero, y la realidad más ruin, como ha sido superar una tuberculosis incapaz de pagar por sí misma el alquiler de un modesto apartamento en Harlem, nos traen al creador de Punto G de vuelta a España.

Gonzalo Vázquez, y eso solo lo sabemos quienes hemos tenido la suerte de leerlo, dignifica en cada artículo este burdel de juntaletras y amargas bocas recalcitrantes en que se ha convertido el periodismo. Gonzalo Vázquez es el último reducto de aquella utopía que se conoce como periodismo de investigación, en los días en los que la actualidad devora cualquier análisis, cualquier historia, y lo tritura todo al paso de la información institucional.

Gonzalo Vázquez, igual que Stephen Hawking, vive atrapado en un cuerpo inútil, pero su mente es libre, su mente no tiene cadenas. Capaz de imaginar el año 2095 con una precisión de cirujano, se ve atrapado indefectiblemente en el cuerpo demacrado, pesado e inútil de una profesión que denigra a las personas, aunque él supera en cada frase todos los complejos habidos y por haber, y le hace tener a uno la esperanza de que todavía es posible olvidar el corporativismo y ofrecer a las personas un trocito de literatura en prosa, de técnica narrativa, de Mariano José de Larra.

Gonzalo Vázquez es hoy el último romántico del periodismo, como lo fue en su día Larra, de ese periodismo heredado del Siglo XIX, con su folletín de novela histórica, su fábula, su chascarrillo.

Su 'Game Over' nos ha piyado a todos 'Offside', y por si aún quedan tópicos periodísticos por quemar, su 'Fin de Ciclo' es solo una demostración más de la indiferencia de sociedad en la que vivimos. Antonio Álamo siempre nos decía, ustedes no son protagonistas. El periodista es periodista, cuenta las historias, pero no debe incluírse el yo, la primera persona.

Y ese lema algunos lo llevan a rajatabla, y otros lo han destrozado hasta límites inimaginables.

Pero aún quedan plumas con talento, escritores y escritoras, poetas y poetisas, gente que se cuela entre informaciones corporativas vomitivas. Desgraciadamente, estoy hablando de menos del 2% de los artículos actuales, tanto en prensa de papel como digital. Apenas cuatro o cinco, entre los que deberían estar de cuerpo presente Gonzalo Vázquez; Ray Loriga en sus historias de ciencia y ficción en el Semanal; la columnita de Manuel Alcántara en el Norte de Castilla, ese adaliz heredero del peso histórico de una cabecera apadrinada en su día por Miguel Delibes; Paul Krugman, ese delfín entre tiburones de la información económica, que nos acerca a los mortales los entresijos de esos hijos de puta con traje y corbata; y poco más. Si acaso, el buen trabajo de todos los colaboradores del portal cultural Jotdown, el último reducto de los románticos por la literatura de las historias periódicas.


Historia de unas gafas
31/12/2011

Ojos marrones, ni duros ni blandos, más bien calmos. Y una mirada escarpada, menos fría que tibia, lo que abría al recién llegado un territorio como infranqueable. Para retirar el telón había que ganarle. Y nunca era breve el tiempo de conquista. Si se lograba, luego de un inolvidable momento de sorpresa, cuentan que merecía la pena descubrir los misterios que se ocultaban tras aquellos ojos fronterizos.



Así comienza una de sus últimas historias, de esos pedacitos de prosa que nos regala de vez en vez.


http://blogs.acb.com/blog/elpuntog

Y como escritor realista, desde el más profundo corazón desazonado, él mismo explica su final, en un genial artículo de su blog La Unidad en Eurosport.

http://es.eurosport.yahoo.com/blogs/la-unidad/unidad-invisible-lvii-051401732.html

Gonzalo Vázquez, ese genio de las letras que se disfraza de periodista deportivo, pero casi da vergüenza calificar de periodismo deportivo lo que él hace. Podría hablar de lo que él quisiera, pues en la modestia de su narrativa, algunos vemos vestigios aún de la creación pura, de periodista a lo Isaac Asimov. Repito, que hable de deportistas tan solo es una anécdota. En él habita la prosa y el poema, el verso y la reflexión, el peso de la última vía de esperanza para el periodismo. Ahora, esa esperanza ha sido cercenada de cuajo.