sábado, 27 de agosto de 2011

Mueven blancas


Primeras aproximaciones a un juego mágico y maravilloso. Con solo 5 años escuché esta frase por primera vez y ya no pude pararme. Continué averiguando de qué se trataba todo aquello de... mueven blancas. Yo antes me había sentado en un rincon observando un tablero lleno de celdas de dos colores: unas de color marfil, talladas con madera de arce, las otras, de un marrón precioso veteado, con incrustaciones de caoba.

Esa visión me mantenía perplejo durante las lluviosas y frías tardes de enero. Al calor de una estufa de gas observaba a mis hermanos comiéndose fichas y acumulándolas con gran ansiedad en su regazo. Hasta que un día entré de lleno en mi primera partida.

Yo no sabía qué estaba haciendo. Supongo, que mi actitud enfrente del tablero era una mezcla entre un pseudoajedrecista novato y un niño que volaba ensimismado en sus propias fantasías, y hacía partícipe de ellas a sus figuras. Recuerdo, que cuando jugábamos mi hermano mellizo y yo, siempre acabábamos luchando con las piezas. La torre pegaba al alfil y los peones rodeaban al rey hasta destronarlo.

La cosa fue mejorando, pero me recuerda al niño rubio de los indignados que jugaba partidas conmigo en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia. Se inventaba unas jugadas impresionantes, con las cuales, el jaque mate era algo así como una rutina. Era normal. Supongo que ese chico cuando sea mayor le encantará este enigmático juego.

Nunca me ha gustado aprender las técnicas para ganar en diez movimientos. ¿Qué gracia tiene así este juego? Lo bonito es comenzar una batalla mental, una partida de dos horas, un movimiento cada diez minutos, las miradas atentas en las dos o tres siguientes jugadas, el fallo ridículo que te ocurrió por no fijarte, la batalla épica de remontar sin la reina, el jaque mate doloroso de las dos torres que te acorralan, el peón llegando a la meta, la táctica de la w doble, el enroque cuando prácticamente no te queda otra alternativa, un caballo que salió en la primera jugada y ya se ha comido cuatro figuras...

Son muchas las circunstancias emocionantes del ajedrez. Lo inventaron los chinos, por cierto. Yo juego poco, ciertamente, pero reconozco que, al igual que el trivial, es uno de mis juegos de mesa favoritos, y me pasaría tardes y tardes jugando a él.

Y lo mejor de todo... venga, ahora cambiamos las figuras. Te echo la revancha.

Son las victorias más importantes. Desmoralizan a la par que elevan tu caché instantaneamente como maestro de este curioso deporte, xd:);


jueves, 25 de agosto de 2011

Espacios

Yo decidí comprarme un local de lámparas chinas en chinatown, el callejón poco transitado de la ciudad. Lo adorné, lo asocié a mi franquicia de balones naranjas, situada enfrente, en la acera ocre de apuestas y fotografías de toda una vida. Allí estaban solamente los mayores campeones, y decoraban todo tipo de paredes con historias de más de mil palabras. ¡Qué recuerdos aquellos!

Era mi negocio virtual, lo gestionaba a la vez que lo amaba.

De vez en cuando salía a la avenida, donde expresiones artísticas eran más comunes, con más visitas, pero todo pasaba más desapercibido. Las masas corriendo de un lado para otro, con escaparates mucho más desordenados que mi humilde rincón de fotografías y el aparador de lámparas chinas y otros objetos estrambóticos.

En la avenida, de vez en cuando reinaba el caos. Una vez un señor confesó que tenía preparado atentar y destruir el mundo de esa calle. Dos manzanas más allá, otro señor confesó que eso no era posible, pues desde su búnker secreto jamás habrían conspirado contra la avenida central.

Era algo así como un pulmón que refrescaba al resto del sistema, y allí cabía cualquiera. Te podías enterar de cualquier cosa en la avenida. Qué personas entablaban amistades, qué música estaba de moda, quienes habían decidido abrir negocios adyacentes, quienes, desde la otra punta de la avenida, a más de 1.000 kilómetros incluso, recordaban grandes momentos en el univeso paralelo de la naturaleza.

Eran los menos. Se hizo tan grande la avenida, un pulmón tan enorme con sus callejones adyacentes poco transitados, que ya casi nadie se daba cuenta del universo creador.

Entonces, allí permanecía tranquila día tras día la naturaleza, sin nadie que la molestara, con sus animales más humildes amantes del espacio tranquilo, sosegado, lejos de aquel caos que todos llamaban internet...

domingo, 14 de agosto de 2011

Jóvenes europeos vs. jóvenes del mundo

No es una confrontación, como reza el titular. Simplemente es una crítica conceptual para entender qué protestas son entendibles y qué protestas no lo son (o por lo menos no están tan legitimadas).

La periodista y escritora argentina Sandra Russo, firma un artículo diferente acerca de un planteamiento más particular y sociológico sobre las protestas juveniles que han tenido lugar en las últimas semanas en Chile e Inglaterra, expresando su disconformidad con algunas de las actitudes mostradas al otro lado del 'charco'.

Se trata de la urgencia con la que unos y otros plantean sus protestas, no sobre si tienen o no razón al protestar, que queda claro que sí; cualquiera tiene razón si denuncia una situación injusta y sale a la calle a manifestar libremente su planteamiento. Pero existe un problema de base por el cual no se está entendiendo bien este tipo de movimientos, a mi juicio, es que se trata de aglomerar bajo el mismo techo a todos aquellos que tratan de sublevarse y protestar contra el sistema que les ha tocado vivir.

En primer lugar, ni Hosni Mubarak tiene nada que ver con el saqueo de Blackberrys y quema de establecimientos en las calles de Londres, ni la vergonzosa política educativa elitista y totalmente injusta con los jóvenes chilenos es comparable con la refundación del 'Gandhismo' por parte de los 'Indignados' del 15-M, ni mucho menos la salvaje matanza del ejército de Bashar Al Assad a sus 'súbditos' de Damasco (Siria) tiene relación alguna con las masas humanas que se movilizan en Atenas por el atraco de sus gobernantes y el maniqueo y abuso moral de la cabecilla europea más desarrollada hacia su economía.

Son cosas totalmente diferentes. Y la prensa española, por ejemplo, no ayuda nada con sus titulares cansinos, monótonos y repetitivos poniendo el tag 'indignados' a los jóvenes chilenos, israelíes, sirios... y a cualquier ciudadano que protesta en el mundo contra lo que sea.

Estas 'oleadas revolucionarias', como se llaman a las protestas africanas del Magreb (Egipto, Túnez, Libia), tienen su germen precisamente en el abuso europeo que desde el Siglo XIX ha reprimido prácticamente todo el territorio africano y ha colocado estratégicamente a una serie de caciques que a través de la fuerza han censurado y callado a sus gentes a golpe de miseria y balas de sangre, para salvaguardar la comodidad del mercado de combustibles fósiles hacia Occidente.

Y sí, la gente está hasta las pelotas y realmente 'indignada', pues arriesga todos los días su vida para cesar ese atropello histórico.

En Chile, por ejemplo, la educación pública es inexisente y no se diferencia para nada de la educación privada. Al margen de que existen subvenciones (mínimas, teniendo en cuenta el porcentaje de dinero que un estudiante debe pagar para estudiar, muchísimo mayor que el que debe pagar un estudiante europeo), es muy legítimo que unos jóvenes reclamen su derecho a formarse, a subir algún escalafón, no ya social, sino sobre todo personal. Debe ser muy frustrante nacer pobre y no poder estudiar, como nos contaban nuestros abuelos de la España de la postguerra.

Frente a este tipo de protestas aparecen las protestas de los hijos ricos de Europa. Claro, el planteamiento de Sandra Russo en su artículo viene a decir que unos luchan por la defensa de su derecho a educarse y otros luchan por la frustración de no poder alcanzar el estatus económico que les habían prometido desde niños.

Es decir, unos luchan por un plato de habichuelas y otros por unas vacaciones en Malta o por una nómina de 20.000 euros, coche y piso propio.

Partiendo de la base de que estoy de acuerdo con su primer planteamiento, y que la situación mundial no es para NADA comparable con las protestas de Londres o Madrid, no considero que de alguna forma tengan menos valor unas protestas que las otras.

Para empezar, sí pongo por encima moralmente las protestas sirias o chilenas, por su carácter de urgencia máxima, pero lógicamente, y como explico al principio, cada uno lucha por ocupar un lugar en el mundo que le ha tocadao vivir. Y sí, claro que un joven europeo exige tener algunos privilegios. Es obvio, lo ha 'mamado' desde la cuna, le han enseñado que hay un primer mundo y un tercer mundo, que en casita siempre debía haber más de un coche, que si tenía éxito en sus estudios le comprarían una moto o podría irse con sus amigos de vacaciones a cualquier paraíso exótico del Caribe.

Sí, es obvio. La protesta está orientada en un ámbito de comodidad y lo que se pide es el grado de confort máximo, el súmun de los privilegios.

Pero voy más allá, y ahora mismo la situación de gran parte de la juventud en el mundo va a ser muy delicada por el emborrachamiento de poder de los 'Hijos de la caída del Muro de Berlín'. Ellos tienen más peligro que el politburó de Moscú y la USA ARMY juntos. Ellos son los banqueros, los grupos de estafadores que operan en el mercado de la banca y dominan el mundo a sus anchas. El drama del euro y la globalización han creado una masa de soldados a su servicio que desgraciadamente da al traste con nuestra aspiración de ocupar un pequeño lugar libre e individual en el mundo que nos ha tocado vivir.

Esto es un saqueo, en cualquier parte de la esfera, y si yo, niño rico con privilegios, no soy ya ni nño, ni mucho menos rico, y los privilegios es una manera sarcástica de llamar a la supeditación y sodomía del sistema hacia mi persona, que se llame privilegio si quiere.

Pero si hay diferencias culturales, económicas e historicas, esas diferencais quedan reducidas a la mínima expresión cuando hablamos de igualdad de derechos y la categoría social y penumbra en el panorama que se nos presenta a la juventud. Ese es el mayor drama de las democracias, un impacto que nadie intuyó, pero que nos obliga a hacer lo que estamos haciendo.

Y por favor, que nadie pida que el más humillado deba fundar un partido político para expresar sus ideas... ¿De verdad habéis entendido algo, o es solamente puro cachondeo?

El FMI habla de generación perdida. Pues bien, yo hablo del fallo de Matrix, del programa mal programado que nadie atendió y que dejaron a su aire. La desprotección es tan alta que ahora nadie puede prever que hará la juventud en ambos lados del mundo y qué consecuencias tendrá ese abuso que el poder está demostrando hacia nosotros.

Porque la verdadera reunión por la juventud está teniendo lugar en todas esas manifestaciones diferentes y a la vez tan parecidas, como he explicado. Quien se cree que la reunión por la juventud es la que ha desalojado Sol para expresar que Dios nos guia y Jesucristo vela por nosotros. Repugnante.




miércoles, 10 de agosto de 2011

Ya no estoy moreno, snif

Sí, porque cuando llegué todo el mundo me lo decía, qué moreno estáaaaaaasssss.

Hoy es el día que, tras varias semanas de duro trabajo y conservación al vacío, mi color impolutamente blanco nuclear ha vuelto en mí.

Trabajo me ha costado, pero hoy por fin me vuelvo a mirar al espejo y a reconocerme en el cuerpo de un ojeroso blanco.

Celebro, por ello, este logro adquirido.

Seguiré progresando, lo prometo.

Besos y saludos a todos los que me seguís, que yo sé sois una gran multitud. Os quiero