sábado, 6 de noviembre de 2010

mi filosofía de vida últimamente

Cuando juegas al 60% de tu propio progreso, el 40% restante es más fácil de asumir. Asumo mis propias derrotas como algo normal, asimilo lo que me hace débil y me centro en disfrutarme a mi mismo, en dar cosas buenas e intento pensar antes de hablar. Observo todo lo que me rodea, intento rodearme de gente observadora, gente que rodea lo que yo observo, y entonces el círculo se cierra y fluye, avanza y me siento dentro de él, y con ese 20% de ventaja juego y avanzo. Porque comienzo con muy poco, apenás un 20% de algo totalmente nuevo e intento multiplicarlo hasta alcanzar lo más alto. No me vale lo más alto para el resto, me vale lo más alto para mí mismo. Encumbrarme en mi trono de excelencia y no pedirme menos que mantenerme en el intento.

Pues es muy difícil el paso objetivo de intentar a lograr, de evaluar a ser evaluado. Y cuando te sientes un justo justiciero de tus propios actos, con más objetividad gritas orgulloso que un intento bien vale una vida, que una aventura vital bien vale un intento, que está de puta madre intentar vivir distinguiéndose de los demás, proyectar esa diferencia hasta el infinito y volver con el aura mejorada, observando que los demás te observan, como algo distinto, algo que ha ido y ya volvió, o que quizá, sin nunca irse, aunque a veces sí perderse, ya no es el mismo que cuando se centró en observar.

Y es que el método de Descartes aplicado a una propia vida, no deja de ser sorprendentemente acertado.

Y es que, inconscientemente, necesitamos observar lo que otros antes ya observaron, para sacar ese matiz, ese clarooscuro o gris de fondo convertido en perla que el otro, antes, no alcanzó a distinguir.

Imitando progresamos, y los niños que hoy tienen 10, mejorarán lo que hacen los de 20. Los de 30, mejoran paso a paso lo que hacen los de 40. Que no pare el progresar de la gente, que nadie tenga una reja para coartar su imaginación. Ojalá no hubiera ninguna voz silenciada, ojalá en el sistema cupiera todo el mundo.

Si la conciencia del más poderoso se estanca y se hereda entre sus descendientes, no valen las manos abajo. Yo lo tengo claro, no pienso asumir que mi lugar aquí es diminuto, no pienso tratar de usted a un ex banquero o a un señor de traje, sólo porque tengan el bolsillo más grande que yo.

Así debería de ser. Sin sumisiones hacia nadie, ni discriminaciones por cuestiones estéticas. El mayor genio nunca fue el más repeinado, pero sí el más ambicioso en su progreso personal. Ese es el ejemplo a tomar. La imagen... es sólo imagen.

Me hace gracia escuchar de ciertas personas... es que vas como un perro flauta, y es muy importante la apariencia. Me la pela, un perro flauta elegante, se pondrá su traje de currar y seguirá elegante y altivo, sin ser menospreciado por nadie.

Lo dicho, no se por qué, pero esta es mi nueva filosofía de vida. Ahora que más o menos voy encontrando mi sitio, sé que me encuentro mucho más tranquilo conmigo mismo. Por fin, paz. Por fin, actividad para no parar, para que la mente progrese.

Gracias, mundo rápido

1 comentario:

  1. No estoy de acuerdo con algunas cosas ke dices como por ejemplo el tema de los porcentajes y la observación. Uno ke hace lo ke hace el de al lado aprende algo, uno ke hace lo ke hace el de al lado y lo mejora deja de ser vulgar... de ahi radica la diferencia de la imitación para bien o para mal........ alienados si xico son muxos, si lo eres tu en algun momento no dejaras de ser como el de al lado...un alienado!!!

    Por lo de tu filosofia de vida amigo mio, te keda muxo por ver, la filosofia se adapta y va variando y uno no aprende lo ke hace el de 40 por tener 30, uno aprende las lecciones ke le tocan segun a la clase donde haya entrado...

    Por lo demas buenas reflexiones, te veo mas positivo!! Chapó!!!

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