lunes, 4 de octubre de 2010

Tidus y Yuna

Yuna y Tidus se besaron, mientras la invocadora de espíritus iniciaba los ritos del encuentro de las almas con el más allá, con el torrente de energía que seguía su camino. Ella era la guardiana de todos las almas de Spira. Y nadie podía morirse sin su ayuda. Para descansar en paz debían ser parte de sus ritos. Era su sino, besarse con aquel hombre al que después tuvo que abandonar y guiarle en su camino de las ánimas, donde siempre quiso estar, al lado de su padre. Con su pérdida, también parte de su alma caminó. Tal era el deseo de estar entre sus brazos que la llamada vida real ya carecía de todo sentido.

Y pienso yo, que si la ficción siempre reparte más bondad que la realidad, ¿qué pinto yo en todo esto? Si no me gusta esta vida. A veces, me gustaría ser Tidus, el afamado jugador de blitz, para morir sin ser enterrado, como dirian los Violadores del Verso, siempre volando. Porque, que importa volar o tener los pies en el suelo, que importa reirse de esto o ser serio si todos vamos a palmar igual. Prefiero morirme de amor, de estupido amor que es el único que le da sentido a lo que hago, o no sentido, es el unico que me hace sentir vivo. todo lo demas es totalmente secundario. Si muero en vida, por lo menos prefiero morir de amor y volar hacia muy arriba como Tidus y Yuna.

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