lunes, 3 de octubre de 2011

Una pequeña gran alegría

Estaba viendo El aceite de la vida, esa maravillosa película sobre la vida de Lorenzo Odone, fallecido en 2008, a los 30 años de vida, por la durísima enfermedad de ALD.

Para mí, constituye una de mis películas fetén, igual que Las cenizas de Ángela o Forrest Gump. De repente unos fragmentos de violoncelo me despertaron, porque me estaba quedando dormido, y reconocí los compases de una canción maravillosa que ya había escuchado anteriormente.

Y en este caso este tema tiene para mí un significado muy muy especial, pues lo descubrí gracias a una de las personas más maravillosas que he conocido. Sé que jamás podré agradecerte todo lo que he aprendido de la vida gracias a ti. Me quedan unos recuerdos maravillosos y la certeza de saber que podía amar a una persona muchísimo por cómo era. Y lo seguiré haciendo hasta que me muera, pues la distancia no está reñida con el amor, y a pesar de que yo no te merezca, no puedo reprimir el sentimiento que me surge.

Gracias.


No hay comentarios:

Publicar un comentario